Armonizar
en música podría ser lo de "colorear" en pintura. El dibujo, sus
lineas, su contorno, sería la melodía, el tema, la canción, pero el bajo, es
esa segunda melodía que va de su mano, direccionando la armonía y creando su
armazón, su esqueleto. Estas dos lineas, son las que mejor percibe nuestro
oído, y por lo tanto las que más debemos cuidar. A mis alumnos, muchas veces
les digo, que lo que ocurre por medio, es "intrascendente", unas
octavas directas, un unísono, un salto disonante, cualquier error es ocultado
por la melodía y el bajo. Así pues, nuestro bajo, debemos considerarlo nuestra
"melodía grave" y analizarlo con ese doble sentido, como linea
melódica que es, pero también como voz armónica fundamental.
De él
dependerá la elección de los acordes, él nos delimitará las opciones infinitas
que tendríamos, él exigirá ciertas normas, y nos obligará a
"retorcer" nuestra melodía para evitar faltas o errores, él se
sentirá aliviado si le dejamos solo, separado de su voz superior, y se moverá
feliz si nota los movimientos contrarios de las demás voces, él así es como
mejor se siente, sin ataduras, libre.
Aqui
tenemos el primer ejemplo:
Es un ejercicio en Sol mayor, que comienza y termina con la
tónica, y que por lo tanto parece claro que deberíamos empezar y terminar con
el acorde de tónica en estado fundamental. El penúltimo compás claramente
podría ser el acorde de dominante en estado fundamental y por lo tanto hacer
una cadencia autentica perfecta final.
Si nos fijamos hay cuatro saltos de cuarta ascendente o quinta
descendente en el ejercicio. Estos saltos son muy importantes detectarlos
porque siempre sugieren un enlace entre acordes en estado fundamental. El
enlace entre fundamentales a distancia de cuarta, es el mas potente de la
música tonal, de entre estos, lógicamente, el enlace (V-I).
Después tenemos en el (c. 2) un salto de tercera, estos saltos y
su complementario, el salto de sexta, son buenos para utilizar la misma
armonía. Estas notas, son comunes en dos de los tres acordes tríadas posibles
que puede sugerirnos cualquier nota. No por ello, podemos enlazarlos con
armonías diferentes, sobre todo, si nuestro ritmo armónico necesita acelerarse
o por darle variedad a la armonía (cuando hablo de variedad me refiero a no
utilizar muchas veces el mismo acorde) o por no sincopar la armonía (terminar y
empezar con la misma armonía aunque sea con inversiones diferentes). En nuestro
ejemplo, parece claro que el Re dominante del (c. 1) tenga que resolver en el
Sol tónica del (c. 2) y por lo tanto que el Mi que sigue tenga que ser
obligatoriamente de Mi menor y no pueda ser ni de Sol por que no es nota del
acorde ni de Do porque será la armonía del siguiente compás.
Desde el (c. 3 al 5), el bajo sube por grados conjuntos,
compás por compás, blancas con puntillo desde el Do hasta el Mi y después
del salto al Si, sigue la escala en el (c. 6), esta vez con valores de negras.
Este pasaje más melódico del bajo, sería el mas indicado para utilizar la
inversión de algunos acordes, sobre todo el Do del (c.6) que estando en tiempo
fuerte interesa darle otra armonía diferente al del primer Do. Así quedaría,
siguiendo lo explicado la elección de los acordes para este bajo:
El siguiente planteamiento será, ver una linea para la soprano
que cierre por arriba los dos contornos melodicos principales (melodía y bajo).
Para ello, buscaremos una nota por compás que resulte del contrapunto de la
linea inferior. Así podría quedar:
Para finalizar, solo quedaría enlazar los acordes:
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